lunes, 24 de noviembre de 2008

No tengo ganas


Ya no tengo ganas de levantarme, de abrir los ojos de nuevo viendo el día despertar de su letargo oscuro. El día ha terminado para mí, renuncio a la luz del sol y me escondo entre las sombras con el único sentimiento de la soledad. Cada vez me siento más fría, ya no florece nada a mí alrededor, las risas de los niños son llantos desgarradores. El agua que bebo se vuelve áspera en mi garganta. Ya no tengo ganas de formar parte de algo, el único sentimiento que me hace pensar que sigo viva es el deseo de que anochezca.
He perdido todo, me encierro en jaula de cristal todos los días, las paredes parecen estrecharse a cada respiración, a cada parpadeo de mis ojos nocturnos. Abrazada en el manto de oscuridad encuentro la felicidad. Sólo en aquél lugar he conocido a alguien, se parece mucho a mí. Se trata de una persona muy abierta y tiene una mirada que atraviesa el aire como cuchillas la carne. Se sienta a mi lado y numerosas veces lo único que hace es respirar. En otras ocasiones no para de hablarme, siempre sobre tristeza, nunca me habla de acontecimientos positivos. Para él todo ha terminado y yo no me encuentro con las fuerzas para animarle, he llegado a un punto en que me resulta gratificante la angustia, tanto es así, que incluso cuando duermo lo encuentro a los pies de mi cama mirándome fijamente. Depende del estado de ánimo en que se encuentre tiene un aspecto aterrador, otras veces roza lo sublime. Mañana amanecerá y el desaparecerá como yo, escondiéndome de la luz del día.

2 comentarios:

Iradai dijo...

Que ojo más bonito, el iris parece el planeta tierra.

Ainara dijo...

me gusta mucho tu manera de escribir es muy profunda, quiza te guste mi blog se parece relativamente al tuyo http://misimpleshistorias.blogspot.com